La muestra que alberga estos días el Kunsthistorisches de Viena —Flemish landscape painting— sobrevuela casi dos siglos de pintura de paisaje realizada en los Países Bajos entre 1520 y 1700, su momento de mayor esplendor. Con 130 pinturas y 18 grabados, la exposición de Viena es la de mayor envergadura dedicada a este género hasta el momento. Desde los cristalinos paisajes de Patinir, hasta las encrespadas naturalezas de Rubens, pasando por las vibrantes panorámicas de Pieter Brueghel o las delirantes escenas de Anton Stevens, la muestra seduce por su variedad y su calidad y brinda una excelente oportunidad para conocer los orígenes, la madurez y las ramificaciones del paisajismo flamenco. Los préstamos proceden de instituciones de primer orden como la Alte Pinakothek de Munich, el Museo del Prado, el Rijksmuseum de Amsterdam, el Koninklijk Museum, el Museum Boijmans van Beuningen de Rotterdam, la National Gallery de Washington, the Cleveland Museum of Modern Art, el Museo di Capodimonte en Nápoles...
El paisaje alcanzaría la categoría de género autónomo en Flandes y Brabante en el primer cuarto del siglo XVI, un poco antes de que lo hiciera la naturaleza muerta. A su consolidación como género independiente contribuyó de manera decisiva el convulso clima de la Contrarreforma. El recelo de los protestantes hacia la imaginería religiosa, sospechosa de arrastrar al creyente hacia las procelosas regiones de la idolatría, propiciaría el desarrollo de otros géneros alternativos como el retrato, el paisaje o la naturaleza muerta. A ello se uniría el desarrollo de una incipiente burguesía que demandaba cuadros de pequeño tamaño, precio asequible y temática cercana. En sus primeros años de vida, el paisaje se consideró un género genuinamente flamenco y las obras de los maestros de esta región llegarían a ser muy codiciadas en el resto de Europa. Los grandes cultivadores del género, como Patinir, Brueghel “el viejo” o Rubens -que estará presente con 8 de sus obras- son hoy bien conocidos, pero no debe perderse de vista la importante aportación de otros maestros de menor renombre como Cornelis van Dalem, Lucas van Valckenborch, Jacob Grimmer, Paul Bril, Roelant Savery, Gillis van Coninxloo, Josse de Momper, David Vinckboons, Tobias Verhaecht, Kerstiaen de Keuninck, Jan Wildens.... Ellos contribuyeron al desarrollo de numerosos subgéneros dentro del paisaje en torno a 1600: vistas montañosas, marinas, representaciones de las cuatro estaciones, exuberantes bosques, paisajes fantásticos.
Fuente: www.masdearte.com