Realizada en una sola pieza de cristal, esta obra maestra es un alarde técnico. Su decoración permite lecturas en clave filosófica, política e incluso alquímica, pudiendo simbolizar la plenitud del ser humano, la Monarquía Universal o la transmutación alquímica. Narra visualmente la historia de Hermafrodito, basada en las Metamorfosis de Ovidio.
Fruto de la unión entre Hermes y Afrodita, es educado por las ninfas. Convertido en un esbelto muchacho, marcha por un camino de árboles y ciudades en la lejanía. Aparece luego descansando junto a un manantial. Al bañarse en una fuente, la ninfa Salmancis, enamorada de él, le abraza y ruega a los dioses que los fundan en un solo cuerpo, resultando un ser de doble sexo y dos cabezas, femenina y masculina. Se complementa con una recreación del océano y sus habitantes, seres marinos como tritones, centauros de mar o náyades, que se encuentran y guerrean. Por último, en la guarnición del ala se intercalan camafeos de lapislázuli con la representación de los Doce Césares.