Google Reloaded

David de Ugarte pone el dedo en la llaga en su último artículo: «Hubo un tiempo en que Google salvó la web. Tras un año de cambios en el algoritmo en guerra con bloggers y ciberactivistas, cada vez son más los que lo ven como una amenaza. ¿Debe ahora Google liberar su algoritmo para salvar a la red de si mismo?»

Google Reloaded. Por David de Ugarte

Hubo un tiempo en que Google salvó la web. Tras un año de cambios en el algoritmo en guerra con bloggers y ciberactivistas, cada vez son más los que lo ven como una amenaza. ¿Debe ahora Google liberar su algoritmo para salvar a la red de si mismo?

Hubo un tiempo en que la WWW sufrió una de las más sanguinarias guerras de la Sociedad de la Información: la batalla de la audiovisualización. En ella cayeron cientos de .coms, quebraron sueños y se agotaron estándares. En juego estaba el modelo sobre el que se construiría la mayor plataforma informacional de la Historia: un modelo hipertextual sin división entre emisores y receptores o un modelo audiovisual controlado por los monopolios mediáticos.

Google apareció entonces y jugó un importante papel en la batalla. El concepto de popularidad condenó a las webs aisladas en si mismas a abrirse o desaparecer de los listados de resultados, al tiempo que las exigencias de estilo en el código castigaban la ausencia de contenidos hipertextuales con el ostracismo. Pero ésto es sólo un lado de la historia. Google influyó tanto en la evolución de la web porque su uso creció exponencialmente. Se convirtió en el oráculo del mundo... precisamente porque al imponer esas normas, al responder al espíritu de la WWW, daba el tipo de resultados que los navegantes querían encontrar.

La ley y el silencio

En menos de dos años, Google se había convertido juez y su algoritmo en ley. Respetar los requisitos que imponía para aparecer entre los primeros veinte resultados de búsqueda, era la condición para existir en una WWW cada vez más extendida y poblada. La relativa estabilidad del algoritmo permitió que los conocimientos de los técnicos de posicionamiento fueran calando en la cibercultura. La ley, en sus grandes rasgos se hizo conocida, y precisamente por eso Google influyó y dio forma más que nunca a la manera en que el mundo compartía info sobre hipertexto.

Pero a mediados de 2002 las cosas comenzaron a cambiar. Google enfrentó primero a los bloggers modificando el algoritmo para negar el pan y la sal al google bombing indeseado. En informática hay una ley no escrita nos comenta Javier Núñez, si algo funciona no lo toques... porque si lo haces iniciarás un proceso de parcheo sin fin que nunca acaba a satisfacción. Algo parecido parece haberle pasado al buscador más usado del mundo. Empezó por banear los intercambios comerciales de enlaces para después pasar a atacar a los ciberactivistas que habían descubierto en el posicionamiento una efectiva forma de protesta. En estos meses hemos visto desaparecer por ejemplo de los resultados a números uno como la campaña del Prestige.

¡¡Liberad a Google!!

En este año de cambios constantes de algoritmo, Google se ha justificado una y otra vez aduciendo que mejoraba el algoritmo evitando la manipulación. Pero hay otro punto de vista: Google genera el 80% del tráfico de nuevos visitantes a una web. Es por tanto el juez que decide si un mensaje llega a su público o no. Pero si el buscador es juez, el algoritmo es ley. El uso masivo del buscador demostraba la aceptación del juez por la cibersociedad. Lo que Google llamaba manipulación no sería por tanto sino el acatamiento de la ley por los webmasters que hacen lo que el buscador pide (conseguir enlaces, limpiar código...) con tal de obtener mejor relevancia.

Sin embargo Google sigue sin hacer público su algoritmo y parece decidido a cambiarlo constántemente con tal de que nadie pueda mejorar conscientemente sus resultados. Pero si la ley no es pública y no conocemos según que principios vamos a ser juzgados y castigados o premiados, nuestros actos serán fruto de la incertidumbre, no de la libertad, nos comenta un portavoz de la asociación de ciberderechos Ciberpunk.org.

El punto de vista de los críticos es precisamente que éstas modificaciones, unidas al carácter secreto del algoritmo, ponen en peligro la web como un todo, al someter a un régimen de inseguridad jurídica a los productores de contenido y devaluar por tanto los resultados obtenidos por los navegantes.

Tras un año de esquizofrenia Google aparece cada vez más como un gran hermano, arbirtario y temible. Incluso como peligro para la estructuración de la web. ¿Solución?. Liberar el algoritmo, si la información quiere ser libre, la ley, cuando menos debe ser pública.

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *