Jan van Eyck: Díptico de la Anunciación

Jan van Eyck (Maaseick, c. 1390-Brujas, 1441): Díptico de la Anunciación, hacia 1433 - 1435

Jan van Eyck (Maaseick, c. 1390-Brujas, 1441): Díptico de la Anunciación, hacia 1433 - 1435.
Óleo sobre tabla.
Ala izquierda (El arcángel san Gabriel): 38,8 x 23,2 cm; ala derecha (La Virgen María): 39 x 24 cm.
Museo Nacional Thyssen - Bornemisza
Nº INV. 137.b (1933.11.1-2)


Este díptico es un importante exponente de la pintura en grisalla, donde Van Eyck renuncia intencionadamente a la utilización de cualquier color primario y concibe la imagen mediante la aplicación del blanco y del negro, creando la ilusión de un grupo escultórico. La pintura forma parte de un conjunto de obras de pequeñas dimensiones que pudo estar destinado a la devoción privada. Las inscripciones realizadas en los marcos son muy frecuentes en sus tablas y aquí aluden al tema del díptico; en este caso recogen la primera y última frase del diálogo entre María y el arcángel tomado del Evangelio de san Lucas. Los marcos están pintados también por el artista produciendo un trampantojo y un exquisito juego de molduras.

Jan van Eyck y Robert Campin son los creadores de la Escuela Flamenca. A ambos se debe el paso que dio la pintura neerlandesa hacia una nueva concepción pictórica, que acabaría por sustituir el arte decorativo de influencias francesa e italiana imperante en la pintura europea hacia 1400. Por lo demás, si en Campin encontramos ya definidos y desarrollados los componentes de esta nueva forma de interpretación, Jan van Eyck desempeñaría un papel esencial en la difusión de estas innovaciones, propagando los nuevos conceptos y maneras de interpretar la realidad y la naturaleza. Por otra parte, incorporaría a sus pinturas un valor conceptual, a veces de difícil interpretación, que se ha llamado realismo simbólico.

Esta Anunciación, procedente de una colección privada francesa, fue adquirida en 1933. La crítica empezó a interesarse por ella desde que Max J. Friedländer, en 1934, la catalogó por vez primera como obra de Van Eyck. La atribución de esta obra no ha sido puesta jamás en duda. En cambio, la datación, que ha sido comparada con otros trabajos del artista, como el Tríptico de Dresde y la Santa Bárbara del Musée Royal des Beaux-Arts de Amberes, ambas de 1437, o La Virgen de la Fuente, también en Amberes, de 1439, sigue siendo objeto de controversia.

La pintura, concebida como un díptico, forma parte de un conjunto de obras de pequeñas dimensiones destinadas a la oración privada. El tema, tomado del Evangelio de san Lucas, se hace aún más explícito mediante las inscripciones que aparecen en el borde superior del marco y que recogen la primera y última frase del diálogo que se produce en el episodio sagrado. Así, encima del arcángel san Gabriel se coloca el saludo que dirige a María: «Salve, llena de gracia, el Señor es contigo», y encima de María: «Hé aquí la sierva del Señor; hágase en mí, según tu palabra». En la obra de Van Eyck es frecuente encontrar, en los marcos, inscripciones de su mano relacionadas con los temas. Estos marcos están pintados por el artista, como en este caso, produciendo trampantojos y jugando con las molduras que adornan la tabla. En estos encuadres, Van Eyck imita los más diversos materiales, como comprobamos en esta Anunciación, donde reproduce la piedra y las inscripciones se integran como si estuvieran esculpidas.

Jan van Eyck diseñó esta Anunciación a la manera de un conjunto escultórico. Las figuras, aisladas en nichos moldurados, se trabajan en grisalla. Los personajes, envueltos en generosos mantos cuyas telas caen conformando duros pliegues, reposan en unas peanas hexagonales. El fondo se organiza con una superficie negra, pulida y esmaltada, que no sólo reproduce los contornos de las figuras, sino que, en el caso de la Virgen, nos muestra, como si de un espejo se tratara, la parte posterior de su figura. La utilización de este fondo, donde se reflejan los protagonistas y que en el hueco dedicado a María se acentúa algo más que su silueta, se puede poner en relación con el espejo, objeto sagrado que simboliza la pureza misma: speculum sine macula. Los protagonistas de esta tabla, por la disposición en la que están colocados, tienden a abandonar el marco mismo de la pintura. Lo apreciamos en las peanas que pisan, en el encuadre de mármol rojizo, trabajado por el artista, y en la proyección del ala derecha de san Gabriel, que se dobla hacia fuera, reforzando su volumen con la acentuada sombra que produce. La pintura pone en evidencia la complejidad y la riqueza de recursos ópticos utilizados por Van Eyck en sus obras. Esta Anunciación se ha comparado con el Tríptico de Dresde, donde el artista representó, en sus alas exteriores y en grisalla, el mismo tema concebido con dos figuras aisladas.

Este díptico, según Frédéric Elsig, pudo servir de inspiración al pintor francés Nicolas Froment, ya que existen paralelismos ente él y La Anunciación que este artista representó en la cara posterior del retablo con la zarza que arde de la catedral de Saint-Sauveur de Aix-en- Provence. También hay similitudes con las grisallas exteriores de un tríptico con La Ascensión y Noli me tangere, atribuido al taller de Nicolas Froment. Para Panofsky, este díptico, La Madonna del canónigo Van der PaeleLa Madonna de Lucca «marcan el clímax de la insensibilisation des personnages».

Fuente: Museo Thyssen-Bornemisza. Obras escogidas (el libro puede comprarse en la tienda online del museo).

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