Joan Miró: Mujer, pájaro y estrella (Homenaje a Picasso)

Joan Miró: Mujer, pájaro y estrella (Homenaje a Picasso), 1966-1973.Joan Miró: Mujer, pájaro y estrella (Homenaje a Picasso), 1966-1973.
Óleo sobre lienzo, 245 x 170 cm.
Museo Nacional Centro de Arte Reina Sofía (Nº de registro: AS03162).


Pablo Picasso, de quien Joan Miró aseguró a su muerte que fue un hombre fascinante, es un referente artístico del pintor catalán desde el principio de su carrera, que inició con una particular revisión de la figuración cubista, hasta los últimos años cuando ambos cultivaron una amistad fraternal y asidua. Picasso admiró también la obra del artista barcelonés que era doce años más joven y, como recordó André Breton, fue el interés por su pintura lo que le aproximó al surrealismo. Ambos participaron en el Pabellón Español de la Exposición Internacional de París de 1937 realizando dos grandes pinturas murales en defensa del régimen legítimo de la República, Guernica de Picasso, y la desaparecida El segador (Paysan catalan en révolte) de Miró, convirtiéndose, a partir de los años cincuenta, en dos referentes para los artistas españoles que vivían bajo la dictadura.

Tras un proceso de ejecución dilatado en el tiempo, Joan Miró dio por finalizado este lienzo de gran tamaño el día de la muerte de su amigo, incluyendo en el reverso un subtítulo en catalán, el idioma en el que ambos conversaban. Femme, oiseau, étoile (Homenatge a Pablo Picasso) [Mujer, pájaro, estrella (Homenaje a Picasso), 1966-1973] es una pintura en la que las referencias a la figuración son evidentes y aparecen de manera nítida en la forma delineada sobre fondo blanco, en la que sobresale el contraste de los planos de color, que actúan como componente autónomo y no mimético en la obra. La composición se centra en las tres figuras esenciales de la simbología mironiana: la mujer, que alude al vínculo del ser humano con las raíces de la tierra, junto al pájaro y la estrella, que simbolizan la atracción poética y espiritual, y que se representan a ambos lados de la figura central.

Se define, además, por la fuerza del fondo blanco, que trata con toda la riqueza y complejidad que le permite la cualidad de la materia y la destreza de su ejecución. Sobre este luminoso fondo emerge la gran figura femenina, de formas tan amplias como las de la escultura neolítica, construida como un gigantesco collage de colores planos. Como señaló William Rubin refiriéndose a Femme aux trois cheveux encerclés d’oiseaux dans la nuit (1972), con la que forma pareja, seguía la paleta de color de los tradicionales silbadores mallorquines o Siurells. El contraste entre los signos lineales de la estrella, el cabello y el tocado, frente a las formas llenas, coloridas y planas de la mujer y el pájaro posado en ella, configurando un personaje híbrido, caracteriza esta gran composición emblemática de la obra final de Miró y de la Colección del Museo [Carmen Fernández Aparicio]

Nota: este cuadro forma parte de la selección de obras de la colección del Museo que pueden verse en alta resolución así como con distintas vistas (luz visible, luz ultravioleta, fotografía digital infrarroja, imagen radiográfica).

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