Los pinjantes de perrillo de oro del joyero de la Virgen del Pilar

Pinjantes de dos cadenas (Victoria & Albert Museum, con nº inv. 334-1870 y 336-1870, expuestos en la Jewellery Gallery.
Pinjantes de dos cadenas (Victoria & Albert Museum, con nº inv. 334-1870 y 336-1870, expuestos en la Jewellery Gallery.

En 1870, ante la necesidad de conseguir dinero para continuar las obras de El Pilar, fueron subastadas varias joyas. Entre ellas, tres pinjantes de perrillo de oro procedentes del joyero de la Virgen del Pilar. Dos de ellas fueron adquiridas por el Victoria and Albert Museum (334-1870 y 336-1870) y otra por unos empresarios madrileños. Esta última se conserva actualmente en la Fundación Lázaro Galdiano de Madrid.

Años más tarde, en 1990, estas joyas fueron incluidas en la exposicón Fake? The Art of Deception (¿Falso? El arte del engaño) que tuvo lugar en el British Museum. Los especialistas creyeron que se trataba de una falsificación realizada hacia 1860 y fueron incluidos en dicha exposición.

Ahora, el British Museum ha rectificado tal y como nos cuenta el periodista Mariano García en el Heraldo de Aragón (PDF). El cambio se ha producido gracias al trabajo de investigación realizado por Carolina Naya Franco que se plasmó en el artículo ¿Reinhold Vasters? Tres pinjantes de perrillo procedentes de la subasta del Joyero de la Virgen del Pilar (1870), y cuyo resumen es el siguiente:

«Este trabajo aborda la polémica iniciada en 1990 desde el British Museum acerca de la legitimidad de tres pinjantes de perrillo de oro, esmaltados y aderezados con piedras preciosas, procedentes del Tesoro del Pilar de Zaragoza que, subastados públicamente en 1870, hoy se encuentran dispersos. Los tres pinjantes se han considerado por la historiografía falsificaciones realizadas hacia 1860; no obstante, la documentación de la Santa Capilla del Pilar demuestra que dos de ellos son genuinas obras del Renacimiento (ca. 1580-1600). Al menos dos falsificadores europeos copiaron piezas originales, lo que plantea la revisión de la historia de la orfebrería a partir de las obras que, con certeza, son legítimas.»

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