Lyon, reflejo vivo de la historia europea —no en vano varios de sus barrios han sido declarados Patrimonio de la Humanidad— destaca también por su gastronomía... y por un museo. Se trata del Musée Miniature et Cinéma, un sitio que los amantes de las miniaturas no pueden perderse y que se divide en dos partes: una dedicada a aquéllas y otra al cine.
Por regla general, la exactitud en la réplica del diorama conlleva el reconocimiento al buen trabajo y suele ser objetivo de quienes construyen con paciencia y tesón estas verdaderas obras de arte. Ahora bien, en el mencionado Museo lo que se expone va más allá de la mera réplica. Hablamos de hiperrealismo, es decir, de un grado de exactitud elevado a la enésima potencia que incluye incluso la utilización del mismo material en los objetos que los de sus gemelos reales.