Dos instituciones norteamericanas, el «Project for Excellence in Journalism» y el «Committee of Concerned Journalists», han renovado recientemente su presencia en Internet. Journalism.org compila herramientas digitales para periodistas, informes y estudios recientes sobre la profesión periodística, así como diversos recursos para la formación y actualización profesional. Sus contenidos y servicios se orientan específicamente a los periodistas en Estados Unidos, aunque pueden ser útiles para cualquier profesional de la información.

En los últimos años asistimos a una especie de «resurgimiento» del interés por la historia y por las tradiciones locales. La explotación del patrimonio cultural como alternativa a la inviable economía tradicional lo ha estimulado. Además, las nuevas tecnologías de la comunicación han venido a ofrecer oportunidades nuevas al mundo local, emplazando a éste al imperativo de «competir» con marca propia o -lo que es lo mismo- a exhibir originales y esplendentes «señas de identidad». Estas aproximaciones al pasado -también hay que decirlo- adolecen, en general, de falta de rigor. Sólo a veces se sienten los protagonistas incitados a la indagación verdadera de una historia que, en ocasiones, no sólo resulta desconocida sino que, al descubrirla, se percibe que ha sido deliberadamente ocultada.

Tal es el caso de la coexistencia de aragoneses cristianos, judíos y musulmanes a lo largo de la Edad Media. Proyectos como Aragón, Espacio Sefarad, que persiguen nuevos descubrimientos materiales de la presencia de los «desterrados», pueden ser asimismo acicate de nuevas investigaciones sobre el mito del singular grado de convivencia alcanzado en Aragón por las tres religiones del Libro, o sobre el mestizaje cultural que produjo, cuestiones todas ellas abandonadas durante siglos en el desván más recóndito de la memoria.

Por otra parte, si siempre es provechoso esclarecer el pasado para encontrar claves explicativas del presente, en este caso hay dos asuntos sobre los que ese esfuerzo puede arrojar una luz particular. Me refiero al fenómeno de la inmigración y a la psicosis antimusulmana que se extiende por el planeta desde los sucesos del 11 de septiembre de 2001. ¿Qué historia ofrece más indicios que la nuestra sobre la naturaleza profunda de estos hechos? Seguir leyendo ...

August Sander. Pharmacist, Linz, 1931

August Sander se propuso el inventario de lo humano. No vio preciso recorrer el mundo, sino una ciudad y sus alrededores. Tampoco pretendió el catálogo de todos los rostros: cada personaje representaba un colectivo. Pese a haber reducido tanto su proyecto, tuvo que reconocerlo imposible por infinito. A esta taxonomía inacabada le debemos imágenes memorables.

Tal tarea comenzó en Colonia hacia 1920. Se produjo entonces su conversión a la vanguardia. Fundaría una «nueva objetividad», definida por la ausencia de trucaje, la desnudez de lo real. Benjamín y Döblin le apoyaron.

Durante estos años críticos, Sander pasaría revista a su trabajo previo. Entre 1901 y 1909 tuvo un taller en Linz (Austria) donde fue el retratista de las clases altas. Alguno de aquellos negativos regresó al papel, esta vez sin manipulaciones, con mayor contraste. Las arrugas, antes ocultas, se revelaban. Entre esas imágenes rescatadas imaginamos la del imponente farmacéutico. Se prefigura en ella lo esencial de Sander. La pose es frontal. La carne se abre lo justo para que aparezcan los ojos. El tiempo de la anécdota queda fuera. El cuerpo toma posesión del suelo como una arquitectura. Toda la confianza del burgués intercepta el encuadre, pero bajo el traje sobrevive algo del bárbaro. Nos hallamos ante un individuo al tiempo que ante un arquetipo. No es la mirada robada sino compartida, espacio para el acuerdo entre el retratado, el fotógrafo y nosotros que, oscuramente, aparecemos ya prefigurados.

Por Alejandro Ratia. 2002.

Créditos fotografía: Pharmacist, Linz, 1931. Gelatino bromuro de plata. 24,4 x 18,2 cm. Copia 41/400 realizada en 1980 por Gunther Sander. Colección Gabriel Cualladó - IVAM.

Fuente: Catálogo de la exposición «Mirar al mundo otra vez». Galería Spectrum Sotos, 25 años de fotografía.

Reporteros sin Fronteras publica la primera clasificación mundial de la libertad de prensa.

La primera clasificación mundial de la libertad de prensa revela algunas sorpresas en las democracias occidentales : Estados Unidos figura por debajo de Costa Rica, e Italia se encuentra detrás de Benín. Los cinco países más liberticidas del mundo son Corea del Norte, China, Birmania, Turkmenistán y Bután.

Richard Avedon: Portraits en el Metropolitan Museum of Art, Nueva York: El museo ofrece a los internautas un paseo virtual por las obras de este fotógrafo. Por nuestra parte, le ofrecemos en la «foto del día» el inquietante retrato realizado por este fotógrafo a un gran actor: Groucho Marx.

Actualizado el 08/11/11: el sitio del Metropolitan ha desaparecido. Podemos ver su obra en Tthe Richard Avedon Foundation.

********************

Richard Avedon. Groucho Marx actor, Beverly Hills. California, 1972Tras leer el título de esta fotografía, lo primero que se ve es lo que falta. Inmediatamente reconstruimos la escena: «Mister Marx, por favor, ¿puede quitarse las gafas?». Y mister Marx, junto con las gafas, se quita las cejas, la nariz y el bigote, como si se quitara el artículo de broma que todos nos hemos probado alguna vez; el mismo que utilizaban los padres de Woody Allen, en Toma el dinero y corre, para preservar su identidad ante las cámaras. La eficacia del disfraz ya había quedado probbada en Sopa de ganso, con Chico y Harpo convertidos en las imágenes especulares de Groucho.

La fotografía de Avedon nos revela que, tras el disfraz, se escondía, también, el propio Julius. Decía Cajal que la vejez te despersonaliza, porque no hay nada más parecido a una calavera que otra calavera. Efectivamente: este retrato se parece más a la fotografía de la Calavera (1943) de Picasso que a Groucho Marx. Las (los) dos rebosantes de vitalidad pero sin mirada. Junto a las gafas, las cejas, la nariz y el bigote, Groucho se ha despojado de la mirada cómplice dirigida como un rayo hacia la cámara. Nos ha dejado solos. Qué solos nos quedamos los muertos...

Esta fotografía es, al fin, una vanitas. Para ser un emblema barroco, debería ostentar el título, blanco sobre negro, de aquella sección de La Codorniz: «Tiemble después de haber reído».

Por José Luis Cano. 2002.

Créditos fotografía: Groucho Marx actor, Beverly Hills. California, 1972. Gelatino bromuro de plata, 41,2 x 39,5 cm. Colección Julio Alvarez Sotos.

Fuente: Catálogo de la exposición «Mirar al mundo otra vez». Galería Spectrum Sotos, 25 años de fotografía.

El pasado día 16 se celebró el «Día Mundial de la alimentación» y las perspectivas para una pronta solución no son precisamente halagüeñas. Más información en la Organización de las Naciones Unidas para la agricultura y la alimentación, sitio web sobre el agua de la FAO (en inglés), Telefood y Programa Especial para la Seguridad Alimentaria (PESA).