Paredes limpias y grafiti

Hasta donde alcanza mi memoria, las paredes del colegio, que tan a menudo veo, nunca estuvieron libres de pintadas gamberras, corazones atravesados por la flecha de Cupido, palabras soeces o reivindicaciones utópicas. Su vida era efímera porque limpiaban o pintaban las paredes a menudo. No obstante, florecían de nuevo con extraordinaria rapidez. Ahora, sin embargo, han desaparecido por completo. Gamberros, enamorados y revolucionarios ya no se atreven a violentar aquéllas. Los grafitis han tomado el mando y nadie les discute su poder.

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