Paula Rego

La capacidad para narrar historias parece algo innato en Paula Rego, materializándose en su caso en una amplia producción pictórica. Los recuerdos que la artista conserva de cuando era una niña, nacidos en su mayoría de lo que le fue trasmitido por varias generaciones de mujeres de su familia, encuentran en el lienzo un territorio para ser plasmados y en el que los personajes, un poco ajenos a la propia historia que los ha creado, llevan al espectador a sacar sus propias conclusiones.

The Firemen of Alijo, 1966
The Firemen of Alijo, 1966

Paula Rego nació en Lisboa en 1935 y, aunque desde muy joven se trasladó a Londres -ciudad en la que se formó como artista entre 1952 y 1956-, mantiene en gran parte de su trabajo referencias a su infancia en Lisboa y a los acontecimientos históricos de su país. En este sentido, se interesó mucho por el clima político desarrollado en los años sesenta bajo la dictadura de Salazar y, en época más reciente, por las injusticias sociales que vive el mundo contemporáneo. En ese papel de contadora de historias que tan bien ha desempeñado la artista, se ha convertido en una de las figuras más respetadas del arte creado en Inglaterra. Comenzó a darse a conocer en los años sesenta pero el prestigio internacional le llegó a partir de 1990, cuando pasó a ser artista asociada a la National Gallery de Londres.

Representante de un nuevo lenguaje figurativo, que en ocasiones ofrece reminiscencias a Giorgio de Chirico o Max Ernst, introduce en sus pinturas elementos del surrealismo como personajes en los que se adivinan impulsos humanos de crueldad o de humillación y juegos que no siempre son divertidos, sino que guardan la amargura de la venganza. Empezó haciendo collages, pero en 1981 se concentró definitivamente en la pintura, manteniendo siempre el dibujo como base de todo su trabajo. A través del dibujo consigue recorrer su memoria y plasmar los pensamientos que emanan, muchas veces, de forma instintiva. En cuanto a las representaciones, los primeros años marcaban una tendencia a las escenas dominadas por formas animales, introduciendo a partir de los ochenta figuras humanas y sus más variados comportamientos. Este paso supuso también la tendencia hacia formas menos atormentadas, aunque tal vez solo en apariencia. Con un claro predominio de la figura femenina, ya sean mujeres adultas o niñas, sus protagonistas rozan el lado oscuro de la naturaleza humana, que parece estar plagada de deseos y venganzas.

La muestra que acaba de inaugurar la Tate Britain, incluye dibujos y pinturas representativas de una buena parte de su producción, desde esos primeros collages y obras en las que las figuras semi-abstractas y la técnica del dibujo automático la aproximan al surrealismo, hasta obras recientes, algunas nunca antes expuestas, como The Pillowman (2003), pasando por aquellas más conocidas para el público, como The Dance (1988). De esta última, Rego llegó a hacer hasta once dibujos preliminares diferentes y en cada uno de ellos jugaba con distintas actitudes, expresiones de los personajes y composiciones, en su afán por explorar los distintos roles femeninos que se establecen entre mujeres y entre mujeres y hombres. La investigación sobre la feminidad y sobre las relaciones ha acaparado en los últimos años la producción de Paula Rego, ocupándose menos de temas políticos y más de aspectos de carácter autobiográfico.

FUENTE: www.masdearte.com.

2 comentarios


  1. me gustaria saber cual es la tecnica utilizada para`proteger los pasteles,se que emplea laminas de metal,pero queria saber como.
    geracias

    Responder

  2. o de Paula Rego es espectacular, en la foto aparece una obra que nunca antes había visto, pero para nada es de las mejores en mi opinión.
    Tanto ella, como su destreza y su discurso son admirables. me encanta.

    Responder

Responder a emejota Cancelar la respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *