La escultura en barro se obtiene mediante el modelado. La docilidad de la materia, que obedece en todo momento a las manos del artífice, permite obtener los mayores logros en el campo realista. San Jerónimo estuvo penosamente entregado a duras penitencias y de ello da testimonio esta cabeza, fiel reflejo de un ser angustiado. A esto hay que añadirle una policromía minuciosa, que refuerza los efectos realistas.
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