Plazas de España: Tembleque (Toledo)

El centro histórico de la villa de Tembleque conserva todavía el sabor de los nobles pueblos castellanos. Su primera historia se vincula a la conquista, pérdida y definitiva reconquista del castillo de Consuegra por Alfonso VIII en 1177. Figura como uno de los lugares de la jurisdicción de Consuegra en la cesión que de estos territorios hizo el mismo monarca a la orden de San Juan de Jerusalén el día 3 de agosto de 1183.

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Torreón en la entrada de la Plaza Mayor de Tembleque. Sobre columnas de granito de orden toscano, se levanta esta original construcción de madera que permite la entrada a la Plaza Mayor de Tembleque.

Será ya en 1241 cuando don Ruy Pérez, gran prior de la orden de San Juan, conceda a Tembleque carta de población, hasta la que llegaron doscientos cincuenta pobladores a los que se les dieron tierras, marcando el término jurisdiccional de la nueva población y recibiendo el Fuero de Consuegra. Aldea de Consuegra, la reina doña Juana I de Castilla le concedió el título de villa el día 10 de agosto de 1509.

El pueblo se desarrolló urbanísticamente alrededor de la plaza de la Orden, donde se localizan los más importantes edificios y casonas señoriales, de muros encalados y elegantes patios, comunicados con la Plaza Mayor por un pasadizo.

La Plaza Mayor de Tembleque, de curiosa y original arquitectura, inmersa en la tradición manchega, fue declarada Monumento Histórico-Artístico por Decreto de 22 de febrero de 1973. Son escasas las noticias históricas que poseemos sobre su construcción. Existen al parecer dos ejecutorias del siglo XV sobre expropiación de unas casas para la construcción de la plaza cuadrada. Por su aspecto, y teniendo en cuenta otras construcciones, parece corresponder a los años finales del siglo XVI o principios del XVII, y posiblemente, como sugiere su estructura, fue construida como plaza de toros.

Fuente: Turismo y tiempo libre
Lado norte de la Plaza Mayor. Construida esta plaza en los últimos años del siglo XVI o primeros del XVII, su curiosa arquitectura parece responder a su utilización como plaza de toros. Fuente: Turismo y tiempo libre

De planta notablemente cuadrada, en sus lados norte, sur y oeste se desarrollan pórticos con sencillas columnas de granito, de orden toscano, y algunos pilares, que soportan las carreras de gruesas maderas sobre las que se levantan dos plantas de corredores abiertos, con pies derechos, zapatas y carreras o dinteles también de madera. En los antepechos -planchas de yeso- aparece la Cruz de la orden de San Juan de Jerusalén, o de Malta. En sus muros encalados se abren distintas ventanas. En la actualidad ninguna de las viviendas tiene acceso desde el corredor.

Los dos pisos de la Plaza Mayor de Tembleque, con corredores abiertos soportados por pies derechos de madera, apoyan sobre columnas de granito de orden toscano.
Los dos pisos de la Plaza Mayor de Tembleque, con corredores abiertos soportados por pies derechos de madera, apoyan sobre columnas de granito de orden toscano.

Mayor interés tiene el torreón dispuesto sobre la entrada en el lado sur, soportado también por columnas toscanas de granito, pero ligeramente más elevadas, con un plinto. Sobre ellas se encaraman los dos pisos de galerías; en el inferior se abre un pequeño palco volado -lo que viene a confirmar ese carácter de plaza para espectáculos-, con el antepecho ya mencionado en el resto de la plaza y aquí barandilla de hierro, que se vuelve a repetir en el segundo piso, pero sin el antepecho. Sobre los dos pisos destaca un tercero de menores dimensiones, que se cubre con tejado a cuatro vertientes y luce en su cumbre una veleta que muestra la Cruz de Malta. En el interior, escaleras de fábrica y madera permiten el acceso a las distintas plantas. Este torreón, con barandillas de torneados balaustres de madera sobre el antepecho ya descrito, se manifiesta hacia el exterior de la plaza.

El suelo de la plaza está empedrado con cantos rodados. En el lado norte de la plaza, rompiendo el desarrollo de las galerías, se levanta el Ayuntamiento, construido en 1654 con piedra sillar en el basamento y esquinales y mampostería en el resto del edificio. De aspecto clasicista, destacan en el piso inferior la puerta y cuatro ventanas enrejadas y en el superior una gran balconada central con tres vanos de frontones rebajados, donde se alojan las armas de la villa.

Varias edificaciones de encalados muros y escaso interés artístico se localizan en el lado este.

FUENTE: Wifredo Rincón García: Plazas de España, Ed. Espasa Calpe S.A, 1998 (ISBN: 84-239-9303-5)

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