Nunca he pretendido escribir artículos sesudos y menos aún sentar cátedra. A lo sumo, breves comentarios escritos con claridad e intentando no darle muchas patadas al diccionario y a la gramática. Pues el primero de los objetivos -la claridad- no parece ser mi fuerte. Y si no, vean los comentarios a la entrada España es un país subdesarrollado en menéame. Me hubiera gustado contestar en el mencionado portal pero alguien ha decidido cerrar los comentarios.
Vayamos a por los dos más sabrosos: "Lo que no entiendo que aprovehce la corrupcion para cargar contra las autonomias, cuando mas se ha robado en la historia de españa ha sido en la de mayor centralismo, durante el franquismo, se robaban a manos llenas, lo de ahora no es nada" y "Resumen del texto: la culpa des de las autonomias y especialmente de Catalunya que roba a las demás. Esto debe ser así gracias a una ley electoral que hace que cuando un catalán vota lo haga por veinte españoles... ".
Al parecer, la actual organización de los partidos políticos es desconocida para los dos ilustres comentaristas. La afirmación somos "súbditos de una casta elevada a los altares de la estulticia gracias a los 17 Reinos de Taifas" tiene su razón de ser en el proceso de descentralización que también han soportado los partidos políticos. Tal es así, que los barones regionales ostentan un poder descomunal dentro en los órganos centrales de aquéllos.
¿Y qué me dicen ustedes del siguiente? "En este artículo viene a decir que somos subdesarrollados, porque Amazon vende caros los libros en Español. Como si sólo se hablara español en España". Se puede afirmar sin lugar a la duda que ni se ha molestado en leer el artículo. O eso, o su comprensión lectora es bastante deficiente. Para empezar diremos que Amazon no vende libros en español. Existe una sección pero es ridícula si la comparamos a la oferta inglesa. Amazon no desembarca en España porque la ley pone trabas al libre comercio e impide que dicha empresa desarrolle su política de descuentos. Somos un país subdesarrollado porque somos los que menos leemos de toda Europa y algo tendrá que ver el hecho de que los libros nos cuesten cinco o seis veces más que su respectiva edición es inglés. Y no olvidemos a los editores: su rechazo, más bien pánico, al formato digital es un buen ejemplo de lo dañino que puede llegar a ser el proteccionismo.
En fin... tenemos lo que nos merecemos.