Turner Prize 2003

30.000 € de premio y los sucesivos escándalos que provocan las obras presentadas, han encumbrado este premio a lo más alto del panorama artístico. Cuatro son los finalistas que compiten al Tuner de este año. Anya Gallaccio indaga en el lirismo de lo efímero a través del lento marchitar de un conjunto de flores rojas prendidas de una pared. La videoinstalación del artista norirlandés Willie Doherty reflexiona, desde la propia experiencia, sobre los conflictos territoriales con dos pantallas enfrentadas que proyectan la visión del puente que separa la zona católica de la protestante en su ciudad natal. Imbuidos en el arte de la provocación, los hermanos Chapman, favoritos para el galardón de este año, recurren a la reinterpretación de Los desastre de la Guerra de Goya con un montaje titulado Sex cuyo motivo principal es un árbol carcomido por despojos humanos, gusanos, ranas y ratones... a pocos metros dos muñecas hinchables practican sexo oral. Aún así, la obra que más ampollas ha levantado en un país tan sensibilizado con el tema de los abusos a menores, han sido los jarrones ricamente decorados con escenas de maltratos y abusos a niños de Grayson Perry. La polémica mantiene viva la expectativa de un premio que se fallará el 7 de diciembre.

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