En el mundo islámico, el agua es considerada un don divino y es símbolo de pureza y sabiduría. Aunque destaca su importancia en el ámbito religioso, no cabe duda de que también influyó en la arquitectura, la agricultura y las infraestructuras hidráulicas de la antigüedad. Además, no debemos olvidar que los baños públicos (hamman) eran de gran importancia en esta cultura y no sólo por los aspectos relacionados con la higiene sino sobre todo porque eran un espacio fundamental para las relaciones sociales.
La fotografía que acompaña a este texto muestra un detalle de los tragaluces octogonales en forma de estrella de la cúpula de la sala central o templada de los baños árabes de El Bañuelo, Granada (más información). Imaginen el placer de estar sumergido en agua templada mientras los rayos de sol te acarician suavemente...