
Tras la conquista de Tenerife por las tropas de los Reyes Católicos dirigidas por Alonso Fernández de Lugo (finales del siglo XV), Garachico se convirtió en el principal puerto pesquero y comercial de la isla. En 1706, la erupción del Volcán de Garachico (de Arenas Negras o Trevejo) arrasó buena parte de la Villa y sobre todo el puerto que quedó totalmente cubierto por la lava.
Después de este desastre natural, el comercio se desvió hacia el puerto Puerto de la Cruz y Garachico, aunque reconstruido, ya nunca volvió a tener la importancia de antaño. No obstante, el pueblo conserva un rico patrimonio arquitectónico de los siglos XVI y XVII, y otros encantos naturales dignos de visitar.