Un lugar, una imagen: la Plaza Mayor de Poznan

Desde tiempos inmemorables, las plazas han ocupado un lugar destacado en la arquitectura de pueblos y ciudades. En el caso de Europa Oriental, aún más si cabe porque muchas de ellas fueron trazadas desde el mismo momento de su fundación y posteriormente reconstruidas tras la II Guerra Mundial. Hoy en día aún conservan sus funciones comerciales y son punto de encuentro para los turistas que recorren sus calles. Y por supuesto, no falta el reloj, como el de la Plaza Mayor de Poznan donde dos carneros topan para dar las horas.

Por cierto, el color verde de las cúpulas de muchas iglesias se debe al uso del cobre que, al oxidarse, les confiere ese color tan característico.

 

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