Aunque mi primera visita a Pau transcurrió hace ya catorce años, recuerdo perfectamente la sensación de contemplar una ciudad abandonada y triste. Tal vez influyera que la mañana amaneció con el cielo nublado y con muy poca gente por las calles. Tan solo el castillo y la Église Saint-Jacques destacaban entre unos edificios que parecían presagiar la crisis económica que se acercaba.
Por fortuna, a media mañana asomó el sol entre las nubes y un poco más tarde el «Foie gras», la «garbure» y el «poule au potel» subieron la temperatura del cuerpo. Además, una de las visitas guiadas en el castillo era en español, lo que hacía más fácil y comprensible el paseo entre sus muros. En la actualidad, por lo que he podido comprobar, al menos este año del 4 al 10 de diciembre inclusive (excepto el 8), los tours de las 15:15 serán comentados en español.
Por lo demás, la web del castillo (solo en francés) contiene las secciones habituales, incluyendo el apartado «Découvrir» (Historia - Habitaciones).