Entre los objetos que se mostraban en la Feria de oficios perdidos de Lituénigo, me llamó la atención está capoladora porque me recordó las matacías que normalmente se llevaban a cabo en las propias casas de los pueblos con la asistencia del matachín. Aún me parece estar viendo como se capolaba la carne con esta máquina. En su orificio de salida se colocaba el morcal para recoger el picadillo y dejar así preparado el embutido para su curación.