
Las estatuas que venos en la imagen fueron levantadas en el Antakalnis Cemetery de la ciudad de Vilnius (Lituania) en 1951 para celebrar la victoria de la Unión Soviética sobre la alemania nazi. A finales de 2022, tres años más tarde de la toma de la fotografía, fueron retiradas y trasladadas al Grūto Parkas. Hubo cierta polémica ya que el Comité de Derechos Humanos de la ONU intentó paralizar su traslado, pero el alcalde de Vilnius Remigijus Šimašius zanjó la cuestión: «Las estelas, para que quede claro, no están sobre tumbas ni junto a lápidas. Este monumento es un símbolo de la ideología soviética que, de hecho, encarna el totalitarismo; no tiene nada que ver con las tumbas. Las tumbas no se desmantelan. Así pues, nos limitaremos a desembarazarnos de este símbolo soviético».
No ha sido el único monumento soviético que ha desparecido del paisaje lituano. Muchos de ellos también han sido trasladados al mismo sitio —el Grūto Parkas— donde se encuentran expuestos con el objetivo de «ofrecer a los lituanos, a los visitantes que vienen a nuestro país y a las generaciones futuras la oportunidad de ver al desnudo la ideología soviética que reprimió y dañó el espíritu de nuestra nación durante muchas décadas».