
Los livos fueron el segundo gran pueblo que conformó Letonia en el pasado, con una cultura antigua y peculiar, así como una rica historia. Su lengua pertenece a la familia de los idiomas ugrofineses. El contacto de esta cultura con la indoeuropea ha dado como resultado la rica herencia cultural de Letonia. Turaida (El jardín de Dios) se encuentra en la parte central de la antigua región de los livos del Gauja y allí se fundó en el año 1988 el museo-reserva de Turaida donde se conserva la historia acaecida en este lugar desde el siglo XI.
La fotografía que acompaña a este texto muestra una de las esculturas del llamado "Parque de las canciones populares". En «Šī Saule – Viņsaule», el escultor incluyó una larga dedicatoria a una canción popular esculpida en espiral desde la parte de arriba hacia el suelo. Esto obliga al espectador de dar vueltas alrededor de ella y convierte su lectura en algo ritual y mágico. El conjunto cuenta con 26 esculturas del artista Indulis Ranka y, como su nombre indica, nos acercan a la historia de las canciones populares letonas que, en gran parte, fueron recopiladas por Krišjānis Barons. Las canciones populares letonas representan la historia de las actitudes de la nación ante la vida, el trabajo y el mundo. Se han transmitido durante siglos de generación en generación, cantadas, lloradas y vividas, convirtiéndose así en un compendio de ideas que no han perdido su significado ni siquiera hoy en día. El trabajo de recopilación de canciones populares letonas comenzó a finales del siglo XVIII, y en la actualidad hay aproximadamente 1.044.000 canciones en los archivos.
Además de este parque, el museo cuenta con la exposición «Los livos del río Gauja en la historia cultural de Letonia», la Iglesia y Colina de la iglesia de Turaida, el Conjunto central de las construcciones del señorío y el Castillo medieval.
La construcción del castillo, que domina todo el paraje, se inició en 1214 siguiendo las instrucciones dadas por el arzobispo de Riga a sus Hermanos de la Espada de Livonia (que pronto se fusionarían con la Orden Teutónica) en el lugar donde anteriormente se encontraba el castillo de madera de los livonianos. Se construyó una fortaleza tipo castellum y se llamó Fredeland (Tierra de paz), pero se hizo más conocida localmente por el nombre livónico de Turaida, que ha sobrevivido hasta el día de hoy. El castillo fue construido en gran parte en la construcción clásica de ladrillo rojo de las órdenes cruzadas del Báltico. Después de un incendio en 1776 fue abandonado. Su restauración comenzó a partir del año 1976.
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