20 preguntas con respuesta sobre la secesión de Cataluña

PRÓLOGO:

Entre las muchas contradicciones que rodean al proceso secesionista que el nacionalismo quiere impulsar en Cataluña, destaca una fundamental. Un proceso que quiere presentarse como la máxima expresión de ejercicio democrático suspende todos los criterios que definen lo que la democracia implica en una sociedad avanzada: Estado de derecho, instituciones representativas y pluralidad.

En un asunto que, con su habitual discurso agónico, el nacionalismo plantea como existencial para Cataluña, se hurtan a la opinión pública los elementos centrales de un debate realmente democrático y plural. El nacionalismo ofrece una propuesta política para Cataluña en la que se combina el desprecio a la legalidad, el voluntarismo más hueco y la ocultación deliberada de todo aquello que contradice sus expresiones secesionistas.

Se habla de un pretendido “derecho a decidir” sin aclarar que éste, simplemente, no existe y que si existiera con algún contenido no sería otra cosa que la autodeterminación como habilitación para la ruptura unilateral de la integridad y la soberanía de la nación y el Estado.

Con todo, el argumento que enfrenta la voluntad popular a la ley es, sin duda, el más pernicioso cuando con él se busca deslegitimar un sistema plenamente democrático. Es la negación de la civilidad y de las reglas del juego político en un sistema de libertades en el que la ley es precisamente habilitación y garantía. En España esta afirmación es doblemente cierta porque el orden constitucional proyecta su protección sobre los derechos de los ciudadanos y sobre el ámbito de autonomía de nacionalidades y regiones. Y mientras se fabrica una memoria lejana de expolios y agravios, se olvida algo mucho más próximo y auténtico: que las libertades y el autogobierno son posibles por la Constitución, no a pesar de ella.

El proceso secesionista quiere ofrecer una cara amable y dialogante, pero arranca con el “España nos roba”. Dice buscar un futuro de armonía, pero retrata con los trazos más negros una historia falsa de agresión continuada de España a Cataluña. Alardea de europeísmo, pero oculta que esa Cataluña vendida como utopía de bienestar quedaría fuera de la Unión Europea y afectaría sin remedio a generaciones de catalanes, empezando por los actuales y futuros pensionistas. Se jacta de calidad democrática pero tergiversa el sentido de las instituciones representativas mediante la manipulación plebiscitaria de sus procedimientos.

La situación que vive Cataluña vuelve a demostrar cómo los nacionalismos, al mismo tiempo que se atribuyen la representación auténtica e intemporal de los pueblos, terminan siendo los agentes más profundamente divisivos de las sociedades a las que dicen encarnar. Incapaces de aceptar lo que se escapa a su visión dogmática, se niegan a asumir la pluralidad que es intrínseca a sociedades de largas trayectorias históricas compartidas, de identidades complejas acomodadas durante siglos de convivencia e interacción humana y afectiva, cultural y lingüística, económica y política.

Cuando estas visiones extremas se ponen en marcha y se creen exentas de las reglas del juego democrático, el resultado inevitable es la fractura social. Por eso, tanto en Cataluña como en el País Vasco –y frente a lo que proclama como supuesto intérprete de la voluntad de sus pueblos–, el secesionismo nacionalista ha protagonizado y está protagonizando los procesos más traumáticos de división política y social que se han producido en el periodo democrático que se abre con el pacto de la Transición y la Constitución.

Las páginas que siguen ofrecen una argumentación sólida y a la vez sintética de todos los aspectos históricos, jurídicos, políticos, sociales y culturales que están presentes en el proceso secesionista abierto por las fuerzas nacionalistas en Cataluña.
Cada afirmación está respaldada con solvencia por un trabajo previo de reflexión y debate que, dentro y fuera de Cataluña, ha reunido a muchas voces de la academia, la política, la economía y la sociedad civil para decir las cosas que importan a los catalanes y a todos los españoles. Voces que se han expresado también desde otras tribunas públicas y medios de comunicación a las que hemos acogido en estas páginas. Voces, y también sentimientos, expresados con una pluralidad de matices y puntos de vista realmente fructífera, desde el convencimiento racional y afectivo de que la secesión de Cataluña, si algún día llegara a producirse, lejos de ser la expresión última de la identidad catalana, sólo podría ser resultado de la mutilación y la fractura de esa misma identidad. De los catalanes y de todos los españoles.

Javier Zarzalejos, Secretario General de la Fundación FAES.

EL DOCUMENTO

El documento 20 preguntas con respuesta sobre la secesión de Cataluña se estructura en cuatro apartados, en los que se responde al porqué, que analiza los motivos esgrimidos para la secesión; al cómo, a través de qué vía se pretende obtenerla; a qué precio, el coste del proceso, y para qué, el resultado previsible del mismo. Además, las respuestas a estas cuestiones están respaldadas por un trabajo previo de reflexión y debate que, coordinado por la Fundación FAES, se ha llevado a cabo dentro y fuera de Cataluña por académicos, políticos, economistas y miembros de la sociedad civil.

FRACTURA IDENTITARIA
FAES afirma en el prólogo del informe que el documento, también editado en catalán, ha sido elaborado desde “el convencimiento de que la secesión, si llegara a producirse, lejos de ser expresión de la identidad catalana, solo sería resultado de la fractura de esa misma identidad. De los catalanes y de todos los españoles”. Asegura también que “el proceso secesionista quiere presentarse como la máxima expresión democrática”, pero “suspende los criterios que definen lo que la democracia implica: Estado de derecho, instituciones representativas y pluralidad”.

“Quiere ofrecer una cara amable y dialogante pero arranca con el ‘España nos roba’; retrata una historia falsa de agresión de España a Cataluña, y alardea de europeísmo pero oculta que Cataluña quedaría fuera de la UE”, añade el texto. Asimismo, recuerda que “se habla de un pretendido ‘derecho a decidir’ sin aclarar que éste no existe y que si existiera no sería otra cosa que la habilitación para la ruptura unilateral de la integridad y la soberanía de la nación y el Estado”. “Mientras se fabrica una memoria de expolios y agravios se olvida que las libertades y el autogobierno son posibles por la Constitución, no a pesar de ella”, subraya el texto.

POR QUÉ
El primer apartado del documento aborda los motivos esgrimidos por el nacionalismo catalán para la secesión. FAES pone en valor el logro común de la Constitución y alerta de que la ruptura produciría que Cataluña saliera de Europa. “El secesionismo no sólo no cabe en la UE por razones jurídicas, sino porque atenta contra el espíritu de todo el proceso europeo”, subraya el informe, que afirma que “la secesión es un proceso sin razones que se apoya en la invención de un agravio inexistente”. Asimismo señala que “lo que el secesionismo cuenta sobre Cataluña niega a los catalanes su participación en el proceso constituyente español y en el de construcción europea”.

CÓMO
El segundo bloque analiza la hoja de ruta elaborada por el secesionismo para avanzar hacia la convocatoria de un referéndum de independencia. El informe responde, entre otras, a preguntas sobre el derecho a decidir y la legalidad de la consulta, recordando que “sólo por voluntad de todos se puede cambiar lo que se construyó por voluntad de todos” y que “éste es un principio que rige en todas las constituciones”. FAES afirma que el proceso secesionista “de forma consciente se está desarrollando fuera del Estado de Derecho”. “La consulta es inconstitucional e ilegal”, dice, y lo es “en su fundamento, el derecho a decidir” y en sus procedimientos, “con los que se ha querido extender la falsa impresión de que la consulta es posible, legal e inevitable”.

A QUÉ PRECIO
En su tercer bloque el informe avisa de que “debiera ser motivo de máxima alerta constatar hasta qué punto el secesionismo oculta y falsifica las consecuencias económicas de su proyecto e impone sus propios intereses políticos sobre los de los catalanes”. “Hablar de ‘expolio’ expresa un profundo desconocimiento y una grave despreocupación por la suerte de los catalanes, cuya vida cambiaría a peor de hacerse realidad la secesión”, asegura. El documento señala que la aventura secesionista es “un proceso para la quiebra económica y social” y constata la existencia de “una desproporción evidente entre los costes inmensos y ciertos a los que se sometería a los catalanes y los presuntos beneficios identitarios e intangibles”.

PARA QUÉ
Por último, el cuarto bloque se ocupa de analizar las consecuencias de una eventual secesión, explicando cómo “la soledad y debilidad institucional y económica de la Cataluña escindida la convertirían en un territorio vulnerable e irrelevante en el plano internacional”. Asimismo, repasa los efectos políticos negativos que tendría “sobre el conjunto de España, sobre el proceso de integración europeo y sobre las dinámicas que tienen lugar en todo el mundo”.

CONVIVENCIA BENEFICIOSA
20 preguntas con respuesta sobre la secesión de Cataluña ofrece una conclusión final que recuerda que “los catalanes no participan de la reducción que hace el nacionalismo de la identidad” y “creen mayoritariamente que son complementarias las cosas que el secesionismo cree que son incompatibles”. Por ello, subraya, “el resultado más grave del proceso sería la quiebra de la sociedad catalana y de toda la sociedad española; la ruptura de una convivencia que puede ser exigente y compleja, pero que es real desde hace siglos y que ha producido muchos más beneficios de los que cualquiera de sus alternativas producirá jamás”.

Asegura el informe que “catalán y español no han sido nunca términos excluyentes, por eso la pretensión de separarlos solo puede ser traumática” y “el resultado sería una Cataluña pobre, desgarrada -como lo estaría España- y aislada”. “La secesión probablemente es el más absurdo y gratuitamente destructivo empeño político, económico y social de la historia de Cataluña. Un acto contrario a la civilización política española y europea, que los catalanes han contribuido a hacer posible”, termina el documento.

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