Martes, 29 de abril de 2003

Por José Antonio Martín Pallín, magistrado del Tribunal Supremo (EL PERIÓDICO, 29/04/03):

A finales del siglo XIX, el Convenio de La Haya apeló a las exigencias de la civilización y proclamó que las prácticas y usos de la guerra quedaban bajo el principio del derecho de gentes, tales como resultan de lo establecido entre naciones civilizadas sin descuidar las leyes de la humanidad y de las demandas de la conciencia pública. La declaración de guerra exigía del Estado que tomaba la iniciativa una formal y previa ceremonia ritual, que advirtiese al contendiente y a la comunidad internacional que había adoptado una posición beligerante.…  Seguir leyendo »