Viernes, 9 de mayo de 2003

Por Carlos Martínez Gorriarán. Profesor de Filosofía Universidad del País Vasco (ABC, 09/05/03).

ES habitual que Arzalluz amenace con hacerles pagar su osadía a los ciudadanos, a los jueces y al mismísimo Papa de Roma, y también que pretenda dictar lo que todos deben decir y hacer a mayor gloria y beneficio de su nacionalismo troglodita. Por fortuna, muchos de los amenazados pasan del célebre energúmeno y sostienen, con mayor o menor acierto, sus propias ideas y legítimos intereses. No es el caso, ¡ay!, de la Universidad del País Vasco, cuyo rector -que es mi rector- ha corrido a satisfacer el chulesco diktak de Arzalluz por el que ordenaba a la UPV rebelarse contra la reforma que en lo sucesivo privará de escandalosos privilegios a los etarras en activo matriculados en esta universidad gracias a una artimaña administrativa.…  Seguir leyendo »

Por Luis Landero, escritor (EL PAÍS, 09/05/03):

La vida es así de despiadada, pero también así de misericordiosa: después de escuchar en la radio las últimas noticias sobre la posguerra en Irak (y de paso en España, porque también el clima de posguerra, como parte beligerante que somos, parece aquí definir gran parte de nuestro paisaje político), y con las imágenes de los últimos daños colaterales impresas aún en la memoria, uno tiene que concentrarse en un guión cinematográfico de Woody Allen, porque hoy toca hablar de esta obra en la clase de literatura.

Se trata de Delitos y faltas, y en ella aparece un personaje, Lester, un triunfador en artículos mediáticos de consumo, un enorme pijo neoyorquino (más o menos como los que dibuja Forges), que dice algo muy oportuno al caso: "Comedia es igual a tragedia más tiempo".…  Seguir leyendo »

Por Mario Soares, presidente de Portugal entre 1986 y 1996 (LA VANGUARDIA, 09/05/03):

La guerra de Iraq no duró más que seis semanas, aunque George W. Bush aún no ha anunciado la victoria. Es comprensible. Persisten delicados problemas de naturaleza política y diplomática que hay que resolver, entre los que se cuentan el levantamiento de las sanciones contra Iraq, asunto en cuya resolución deben intervenir necesariamente las Naciones Unidas. Y, además, se sigue sin saber si Saddam Hussein está vivo o muerto. Ni tampoco se estimó realmente la capacidad de resistencia de los iraquíes frente a la ocupación estadounidense. De la increíble baraja de cartas de los antiguos dirigentes iraquíes, distribuida a los soldados estadounidenses –en lo que representa tomarse la justicia por cuenta propia–, sólo se ha encontrado a 19 de los 55 miembros de la baraja.…  Seguir leyendo »