Jueves, 4 de septiembre de 2003

Por Hermann Tertsch (EL PAIS, 04/09/03):

Cansino ya el Sol tras su atroz alarde estival, los días se acortan y se agitan a un tiempo. Por implacables que sean los veranos, son los otoños y los inviernos los que, en la cultura europea al menos, imponen a los hombres esa cura de humildad y reflexión, la percepción de fragilidad y transitoriedad que invita a mejorar la vida propia y las relaciones con los demás antes de que se agote el tiempo que cada uno tiene otorgado. El otoño, ese ensayo anual de la vejez, llama a hacer balance, a lamentar y desear no repetir pasados errores y pecados.…  Seguir leyendo »

Por Rosa Regàs, escritora. Autora, entre otras, de las novelas Luna lunera y La canción de Dorotea (EL MUNDO, 04/09/03):

Volviendo de un viaje por el sur de Inglaterra he atravesado Francia en coche y he tenido ocasión de solazarme en un paisaje que nadie ha machacado, ni se han arrasado los pueblos, ni las fábricas y talleres de las afueras de las ciudades han convertido los arrabales en un asqueroso cinturón de caos, desorden, fealdad.Francia crece, qué duda cabe, como crece España, pero ha sabido encontrar el modo de hacerlo sin destrozar la geografía ni vulnerar los principios estéticos y medioambientales que nosotros ignoramos.Los…  Seguir leyendo »

Por Tahar Ben Jelloun, escritor. Premio Goncourt 1987 (LA VANGUARDIA, 04/09/03):

Marruecos, precisamente porque creía tener un sistema policial de suma eficacia, no logró prever los atentados terroristas de Casablanca que conturbaron al país el pasado 16 de mayo, cuando varios kamikazes provenientes de las chabolas del extrarradio se inmolaron junto a un restaurante y un hotel, en una explosión que dejó treinta muertos y varias decenas de heridos. Marruecos quedó sumido en la conmoción. Dominaba la creencia de que el terrorismo era un mal ajeno. Tres de los suicidas erraron en el intento de detonar las bombas y, tras ser detenidos, aportaron información sobre las redes terroristas islámicas.…  Seguir leyendo »

Por Koïchiro Matsuura, director general de la Unesco (EL PAIS, 04/09/03):

Dolly ha muerto. En febrero de este año, pocos días después de que se anunciase el nacimiento -no comprobado, por cierto- de un bebé clonado, murió por eutanasia la oveja más célebre del mundo, el primer mamífero producto de la clonación. La desaparición de Dolly ha tenido mucha menos resonancia que su nacimiento. Sin embargo, aunque todavía están por esclarecerse las causas exactas de su muerte, no cabe duda de que ésta plantea el problema de las repercusiones de la clonación en el organismo clonado. Además, esa muerte da una prórroga, por así decir, a los seres humanos.…  Seguir leyendo »