Martes, 14 de diciembre de 2004

José María Carrascal (LA RAZON, 14/12/04).

Había dicho que su intervención iba a ser distinta a la de Aznar, y resultó que fue una copia de la misma: beligerante y altanera, acusadora y reiterativa. Naturalmente, cada uno en su tono y estilo. Aznar es seco, abrasivo, desdeñoso; Zapatero, ampuloso, resbaladizo, melifluo. Pero ante la Comisión del 11-M, ambos sacaron su artillería gruesa y ni el uno ni el otro cedieron un milímetro en sus posiciones previas. Lo que significa que nos quedamos como estábamos, sin saber nada nuevo de lo ocurrido antes, durante y después de los atentados, que llevan camino de convertirse en uno de los grandes misterios de la historia contemporánea española.…  Seguir leyendo »

Ernesto Ekaizer (EL PAIS, 14/12/04).

Tras su intervención inicial escrita de unos 50 minutos, José Luis Rodríguez Zapatero se sometió al interrogatorio del portavoz del Partido Popular, Eduardo Zaplana, quien le introdujo en los protocolos de los sabios de la colaboración ETA-Al Qaeda. El presidente del Gobierno, antes de contestar a las preguntas, matizó su posición política, y luego, al contestar, usó los informes que traía dentro de las carpetas repletas que había preparado su equipo. La chulería de Zaplana y las largas explicaciones del presidente, lectura cansina de materiales mediante, crearon una dinámica en la cual, al cabo de una hora de preguntas, el portavoz popular ya estaba entregado.…  Seguir leyendo »