Sábado, 22 de enero de 2005

Rosa Díez, eurodiputada socialista (ABC, 22/01/05).

Querida María:

Tengo un compromiso hace tiempo adquirido que me impide acompañaros esta mañana en el acto de homenaje y recuerdo a nuestro compañero Gregorio Ordóñez. Recuerdo bien el día de su asesinato. La capilla ardiente en el Ayuntamiento. Los rostros de tensión y desconcierto. El Dolor. Y recuerdo también su escaño vacío en el Parlamento vasco. Un vacío al que luego se sumaría el que también dejó Fernando Buesa. Y te recuerdo a ti, María. Una niña que se hizo mayor en un segundo, cuando vio caer asesinado a su amigo y referente político.…  Seguir leyendo »

José María Marco es historiador (EL MUNDO, 22/01/05)

En 2005 el mundo se va a mover por lo esencial en dos direcciones. Una es la apertura de mercados, la intensificación de los intercambios y la profundización de la globalización, con importantes progresos en la superación de la pobreza y una nueva fase de crecimiento acelerado de la que ha quedado excluida la vieja Europa, ensimismada en su pereza y su falta de iniciativa. La otra es la guerra contra el terrorismo y la lucha por la extensión de la democracia en países, como los árabes musulmanes, que hasta ahora parecían excluidos de ella por naturaleza.…  Seguir leyendo »

Alberto Oliart ha sido ministro de Industria y Energía y de Sanidad y Seguridad Social con Adolfo Suárez y ministro de Defensa con Leopoldo Calvo Sotelo (EL PAIS, 22/01/05).

Algo se movía en el País Vasco entre los días 14 de noviembre pasado y el 15, 16 y 17 de diciembre, cuando Otegi decía en Anoeta que él, ellos, elegían la vía política y democrática; o que abogaba por la apertura de un diálogo en el que participaran todas las fuerzas políticas "nacionalistas y no nacionalistas"; cuando supimos que había enviado una carta al presidente del Gobierno pidiéndole la apertura de un diálogo para poner fin a lo que él llama el "conflicto vasco".…  Seguir leyendo »

Por Xavier Bru de Sala (LA VANGUARDIA, 22/01/05):

Por si no se lo creían, ahora constatan los babélicos la dificultad de ser anticatalanista y de izquierdas. No la dificultad de serlo cada cual en su casa (familiar o regional), porque las combinaciones y rarezas de lo privado son infinitas, pero sí de articular un discurso público, de acotar y mantener un territorio propio capaz de influir en el juego de vectores significativos de nuestra sociedad. Hubo un tiempo en que, ilusionados por el frentismo vasco, creyeron los anticatalanistas de izquierdas que tenían opciones, pero aquello no pasó de efímero espejismo. La explicación de esta dificultad, casi imposibilidad ontológica, no hay que buscarla en avatares de la política, ni que sean tan sustanciales como el pacto del Tinell, sino en algo mucho más profundo: los primeros interesados objetivos en la profundización de un espacio nacional catalán son lo que antes llamábamos las clases populares y hoy medias y bajas.…  Seguir leyendo »