El santo del día
Y también, en cierto modo, el día de mi santo y el del no menos santo patrón de la sociedad secreta -cada vez más secreta- a la que desde mi más remota infancia pertenezco. Siempre le he sido leal. Aprendí a leer a los tres años. La lectura fue, casi, mi primer vagido, el cordón umbilical que me puso en contacto con el mundo y es ahora salvavidas, tablón de náufrago, asidero, burladero de mi vejez.
23 de abril, fiesta trinitaria: San Shakespeare, San Cervantes y San Jorge. Corran a la calle y rindan en ella, si son creyentes, culto politeísta al único Dios que, con certeza, existe.… Seguir leyendo »