A la conquista de la lejanía
Cuando en la época de las zarzuelas tocó sindicarse, los dramaturgos y músicos de entonces fundaron la Sociedad de Autores. Con ello se dio un paso de gigante en lo que a defensa del derecho de autor se refiere. No sólo se protegía el citado derecho frente al abuso y el plagio, sino que además se puenteaba a todo parásito que mediase entre el autor y las salas. Los embaucadores de entonces eran los llamados editores de libretos y el único mérito que reunían era el de tener posibles. Dinero del que cuenta y suena para estampar en papel las partituras y luego poderlas vender como repertorio a teatros, orquestas y cafés de mala nota.… Seguir leyendo »