Las buenas intenciones no siempre valen
Hace dos décadas, en Estados Unidos, en un esfuerzo por poner freno a la violencia doméstica, algunos estados empezaron a aprobar leyes de detención obligatoria. En respuesta a una llamada en petición de auxilio, los agentes de policía ya no tenían que determinar por sí mismos si una persona se estaba comportando de manera realmente violenta o estaba fuera de control; cada vez que alguien denunciaba malos tratos, a la policía se le imponía simplemente que efectuara una detención. Parecía una buena táctica, al menos en opinión de las personas que trabajan con víctimas de violencia doméstica (los agentes de policía tendían a mostrarse menos entusiastas porque prefieren proceder a arrestar a alguien en función de su propio criterio).… Seguir leyendo »