Lagos austriacos, urbanismo y zarzuela
Poner distancia de España es un buen ejercicio de gimnasia veraniega, junto a los abdominales y las caminatas por el campo o a orillas del mar. Porque éstas, las citadas distancias, aquilatan los sentimientos y les sacan brillo; son una especie de mascarilla que les devuelven lozanía. Es bueno, pues, viajar, terapia de antiguo aconsejada para advertir que la querella local y los aspavientos de quienes ocupan el proscenio no son -en su mayoría- más que anécdotas fugaces, agujereadas además por el hastío que provocan en los espíritus más sensibles.
Parte de esta medicina que suelo administrarme ha discurrido este año por el sur de Alemania y Austria.… Seguir leyendo »