Una ley contra muchas cosas
Comenzaré narrando algo cuyo sentido entenderá el lector de inmediato. Hace algunos años y en el curso de una conferencia seguí mi ya consolidada costumbre de criticar con fuerza la L.R.U. que resultó nefasta para nuestra Universidad. Pues bien, llegado el turno del coloquio, un sujeto me comunicó su irritación y sorpresa por hablar así, es decir, tan mal, de una ley «aprobada en las Cortes». Confieso ahora que no me viene a la cabeza la respuesta que le proporcioné. Posiblemente sería algo así como que «las Cortes también se equivocan alguna vez». Hoy habría sido más extenso, según veremos. Pero, al poco tiempo y al perder el PSOE unas elecciones, la afirmación de Alfonso Guerra, para mí de lo más valioso en el seno de dicho partido, en el sentido de que el pueblo se había equivocado en la opción tomada, me liberó de dudas: Si se podía equivocar la muy numerosa cantidad de ciudadanos votantes, ¿por qué no se podían equivocar quienes en mucho menor número integraban un órgano de ellos salido?… Seguir leyendo »