El síndrome de Poulidor
A menudo nos preguntamos por la materia de la que están hechos los sueños. Los míos de chaval se nutrían de la incipiente televisión en blanco y negro, el entintado papel del Marca y las vibrantes conexiones radiofónicas con el Tour de Francia. Aquel 12 de julio de la ascensión al Puy de Dôme en la vigésima etapa de la edición del 64 yo tenía 12 años. Rajoy, nueve. Una diferencia suficiente, a esa edad, como para que él, tan forofo del ciclismo, esté comportándose últimamente como si nunca hubiera llegado a enterarse del profundo significado de lo que aquella tarde sucedió allí.Fue… Seguir leyendo »