A McLuhan no le habrá importado
El pasado domingo rubriqué mi carta con un homenaje inverso a los Tip y Coll del tardofranquismo ya que, tras haberme explayado sobre las maldades del Gobierno, incluí como posdata un compromiso a plazo fijo: «Y la próxima semana... ¡hablaremos de la prensa!». Hoy comparezco con la satisfacción del deber cumplido, pero sintiéndome obligado a dar explicaciones a quienes me han tildado de profanador engreído y presuntuoso iconoclasta.Sí, es cierto: el pasado miércoles en los salones del Ritz no sólo anuncié mi rebelión contra el determinismo tecnológico que ha fomentado durante casi medio siglo una visión compartimentada y estanca de la libertad de expresión, sino que pedí para la efigie virtual de su mentor la misma drástica jubilación otorgada a la última representación ecuestre del general Franco.… Seguir leyendo »