A veces se da un paralelismo entre la recepción de nuevas ideas científicas y de nuevos proyectos políticos cuando ambos suponen una ruptura con las concepciones previas de los científicos, en un caso, o de los políticos y ciudadanos en el otro. El pasado siempre importa. Lo recoge William Faulkner: "El pasado no está muerto. Ni siquiera es pasado".
La historia de la ciencia muestra que existe un conservadurismo mental que se resiste a aceptar nuevas ideas, aun las ya contrastadas, si chocan con lo previamente aprendido. Al final, los cambios conceptuales son aceptados, pero no repentinamente, sino a través de etapas consecutivas, que pueden resumirse en las cuatro siguientes:
1) se afirma que las nuevas ideas basadas en resultados experimentales son incorrectas, ya que resultan cuestionables los métodos empleados; 2) se defiende que los resultados son correctos, pero que resultan irrelevantes para las teorías establecidas; 3) se entienden los resultados como correctos y relevantes, pero se afirma que se trata de cosas ya sabidas desde hacía tiempo; y 4) los resultados, además de correctos y relevantes, se entiende que marcan un antes y un después en la investigación científica del campo de que se trate.… Seguir leyendo »