En busca del sentido común perdido
Aquel 22 de octubre de 1931 se debatía en las Cortes Constituyentes el artículo 48 de la Constitución de la II República. El diputado socialista vasco Enrique de Francisco subió a la tribuna de oradores para defender una enmienda de su grupo, que decía: «Es obligatoria la enseñanza en castellano en todos los centros docentes de España, sin perjuicio de la utilización de las lenguas regionales para la mayor eficacia de aquella. Las regiones autónomas podrán organizar la enseñanza con arreglo a las facultades que el Estado les reconozca en sus respectivos Estatutos».
Enrique de Francisco -que, al contrario de quien iba a liderar su partido 70 años después, tenía claras las ideas sobre lo que era la nación y sobre la soberanía nacional- manifestó que «siendo el Estado soberano, debe cuidar que su soberanía no se disminuya en parte alguna de su territorio y, por lo tanto, que no se disminuya en orden al problema de la enseñanza, aunque haya otorgado a la región facultades autonómicas».… Seguir leyendo »