Las manzanas de Séraphine
¡Qué hermosa película es Séraphine! Sencillamente hermosa, por más que sea dura y acabe mal, y esté cargada de matices subrayados por un tempo lento que en ocasiones la convierten en una pieza teatral para una gran actriz; con pocos personajes y un fondo de naturaleza empapada de quietud. Si tiene usted el privilegio de vivir en una ciudad donde aún queden cines, no se pierda Séraphine, un filme de Martin Provost. Modelnos de Star Trek y consola, abstenerse. No hay sangre, ni misterio, ni situaciones para el pasmo del espectador funcionario, ese que asegura "ir al cine para distraerse, porque bastantes preocupaciones te da la vida".… Seguir leyendo »