El placer del abismo
Todos los caminos de la novela policíaca conducen al mal. Palabra tabú durante siglos, deviene ahora un concepto con el que se coquetea. Una compleja connivencia, y hasta a veces se diría insondable fascinación. La posmodernidad ahora mismo permite al mal circular entre los devotos de las profundidades humanas sin el temor antiguo a invocar una realidad innombrable. Tal vez nunca en la historia de la humanidad ha estado el mal tan instalado en la vida cotidiana como en los siglos XX y XXI. Como concepto y como experiencia infernal. "Aquí nosotros somos Dios", le dijo un torturador argentino a una detenida para señalarle su absoluta indefensión ante su abyecta arbitrariedad.… Seguir leyendo »