La abominación que no cesa
El pasado mes de enero ocupé este mismo espacio con el mismo tema y la misma indignación. Lo que entonces llamé El arma del crimen apuntando a los paraísos fiscales, lugares de la inmundicia financiera, hoy tengo que centrarlo en el aplauso que reciben los grandes protagonistas de guante blanco de la economía criminal, con Bernard Madoff a la cabeza, cuyas fechorías desbordan los límites de lo repugnante, lo que no impide que cosechen los elogios de muchos de nuestros contemporáneos.
Todo comenzó con el triunfo absoluto del yo en el universo de los valores y la emergencia de su soberanía en la sociedad con la exaltación absoluta del sujeto, propulsor sin límites de la intimidad de masa, pero indisociable sin embargo de su vocación de triunfador social, derivada de su radical inscripción colectiva.… Seguir leyendo »