La sonrisa cansada de Václav Havel
Veinte años después de la revolución de terciopelo, con la que el pueblo checo puso fin a 40 años de comunismo, Václav Havel esboza una melancólica sonrisa. Nos encontramos en el céntrico Café Louvre de Praga cuando el otoño tiñe de rojo la capital checa, y el ex presidente, para ver todo lo que sucede en la sala, siente la necesidad de sentarse de espaldas a la pared. Debe de ser una costumbre adquirida durante los años de disidente perseguido por las autoridades comunistas.
Empezamos a hablar sobre el fracaso del comunismo: "El final del comunismo representa una advertencia a la humanidad y en especial a los que ejercen cualquier tipo de poder, a menudo desde la soberbia -cuenta Havel, muy convencido y serio-.… Seguir leyendo »