La política contra el individuo
El liberalismo tiene muchas ventajas sobre otros ismos. Entre ellas, hay dos que merecen ser destacadas por un doble motivo: una de las ventajas nos permite entender su primacía y su esencia, la otra nos ayuda a centrar nuestro argumento y aclarar alguna confusión.
La primera ventaja es que el liberalismo no es fundamentalista, de modo que no sólo admite la discrepancia sino que es capaz de integrar lo escasamente aprovechable de otras doctrinas sin abjurar de sus principios motrices: la defensa de la libertad individual, la limitación del poder y la igualdad ante la ley.
No en vano, cuando el socialismo se liberó de las cadenas del marxismo y los partidos socialistas se tornaron en socialdemócratas, los regímenes liberales añadieron a su receta el más sabroso ingrediente del socialismo democrático (que comparte con la democracia cristiana): la justicia social.… Seguir leyendo »