Fundamentalistas son los otros
Para llegar hasta el velo islámico debemos recorrer antes nuestra galería de los espejos. Vivimos en sociedades de creyentes que no se dan cuenta de la fuerza de sus creencias porque les parecen algo tan normal, que no tendrían por qué sorprender a nadie. Esta es la razón por la que uno se puede comportar como un energúmeno en un campo de fútbol sin ser tildado de fanático. Se exige respeto en las iglesias y en las mezquitas, pero cualquier descerebrado te puede agredir en un estadio si manifiestas demasiado a las claras tus inclinaciones hacia el adversario. Digo más, un viejo lema anglosajón sostenía que en el deporte se demostraba la caballerosidad de los individuos, y no es verdad.… Seguir leyendo »