Cómo se le echa de menos
Se cumplen hoy cinco años ya desde que falleciera en Madrid Julián Marías. Su entierro en la Almudena fue una mañana bañada en luz del Guadarrama, esa que tanto le deleitaba, como a su querido Machado y su maestro Ortega. Poca gente acudió a su sepelio -desde luego no las multitudes que jalonaron aquel otro del pensador madrileño o el de Marañón-, como haciendo bueno el dicho orteguiano de que la filosofía era en España cosa de cuatro gatos y creo que me sobra alguno. Recuerdo que a mi lado, en el responso de entrada, una joven periodista algo despistada preguntaba a una colega por la identidad del finado para cubrir su crónica, y que ésta respondió escandalizada: «¡Es el padre de Javier Marías!».… Seguir leyendo »