El último traje (según Shakespeare)
No es fácil describir la súbita alegría del importante miembro del Gobierno con quien almorcé el miércoles. Las pupilas de sus ojos emitían destellos chispeantes, la sonrisa se le ensanchaba buscando las orejas y los dedos se le hacían huéspedes en pos de los mensajes de móvil que desde la sede del PSOE valenciano le informaban puntualmente de la progresión de Camps hacia el acantilado de su indignidad.
Inmediatamente antes de recibirme a su mesa había hablado con Zapatero y Rubalcaba y un rayo de luz se abría de repente paso entre su cielo entoldado. Después de la masacre electoral del 22-M y de estas humillantes semanas batiéndose en retirada, el PSOE había encontrado al fin un argumento letal, quien sabe si toda una killer application, para pasar al contraataque.… Seguir leyendo »