Domingo, 11 de septiembre de 2011

EL 11 de septiembre supuso una terrible conmoción. En el espacio de unas cuantas horas, Al Qaida se convirtió en el sinónimo mundial de terrorismo. En 2004 y 2005, Al Qaida alcanzó el suelo europeo. Los terribles atentados de Madrid y Londres empujaron a la creación del coordinador de la lucha contra el terrorismo de la UE y la adopción de la propia Estrategia de la Unión Europea de Lucha contra el Terrorismo.

Pero, seamos claros, mi trabajo y, en general, la lucha antiterrorista no se limita sólo a Al Qaida. Ni tampoco al terrorismo islamista. La Unión Europea se opone y lucha contra el terrorismo, cualquiera que sea su motivación, sea terrorismo de derechas o de izquierdas, sea terrorismo separatista o de Al Qaida.…  Seguir leyendo »

Seguro que a muchos les habrá pasado lo que a mí. Escuchas en tu juventud una frase dramática, rotunda o no digamos campanuda y, por muchos años que vayan transcurriendo, cada vez que la oyes repetida crees revivir, cual si se tratara de un reflejo condicionado, la circunstancia original en que fue pronunciada.

A mí me ocurrió esta semana al leer que la rubia vicepresidenta de la Generalitat Joana Ortega -famosilla no hace mucho por el falseamiento al alza de su currículo- se había comprometido a «defender con uñas y dientes» que el catalán siga siendo la única lengua vehicular de la enseñanza.…  Seguir leyendo »

Las utopías sociales, esas tentativas -generosas o perversas- de reordenar la sociedad humana de acuerdo a un principio religioso o político, han sembrado la historia de cadáveres. Pese a ello, se han sucedido unas a otras, cada cual más catastrófica que la anterior, de modo que debemos aceptar como un hecho irreversible que los seres humanos necesitamos (y, por tanto, seguiremos buscando) esa sociedad perfecta o mudanza del paraíso a la tierra que cada utopía social se propone realizar.

En el pasado fueron los sarracenos y los cristianos los que combatieron a muerte, entre ellos y dentro de ellos, para purgar al mundo de impíos, infieles, supersticiosos, apóstatas, desviacionistas y bárbaros de toda clase, e imponer una humanidad de fieles purificados y ortodoxos al servicio del verdadero dios y la verdadera religión.…  Seguir leyendo »

Rafi Schutz, embajador israelí en España hasta hace un par de meses, resume en el diario Haaretz su mandato como un periodo especialmente lúgubre. Nada raro por otra parte, pues a un exembajador israelí en Europa del Este le pasó lo mismo, y ambos siguen los pasos del exembajador israelí en Reino Unido, quien siempre se quejó de lo difícil que lo había tenido en los campus universitarios ingleses debido a la hostilidad creciente. Al exembajador israelí en Irlanda le pasó exactamente lo mismo.

El grupo al completo echa la culpa de todos sus males al clásico antisemitismo. Pero mientras sus colegas en Irlanda y Reino Unido no dan más detalles, el exembajador en Madrid radica todos sus problemas en la terrible Inquisición española del siglo XV.…  Seguir leyendo »

El moderno instrumental permite a los meteorólogos medir la presión atmosférica, o la temperatura, de manera continua y con extrema precisión. Al final de la jornada disponen de un gráfico con una curva que muestra la evolución de la variable a lo largo de las 24 horas. Esta información les es extremadamente útil para sus análisis y previsiones. Los economistas no son tan afortunados. El PIB es la variable que manejan con más frecuencia para diagnosticar la evolución de la economía de un país y sus posibilidades futuras. Pero la medición del PIB es discontinua, puesto que es la estimación de la riqueza creada por una economía durante un periodo de tiempo, y además es de suma imprecisión.…  Seguir leyendo »

In their shock after Sept. 11, 2001, Americans frequently asked, “Why do they hate us so much?” It wasn’t clear just who “they” were — Muslims, Arabs or simply anyone who was not American. The easy answer that many Americans found comforting was equally vague: that “they” were jealous of America’s wealth, opportunities, democracy and what have you.

But in this part of the world — in Pakistan, where I live, and in Afghanistan next door, from which the Sept. 11 attacks were directed — those who detested America were much more identifiable, and so were their reasons. They were a small group of Islamic extremists who supported Al Qaeda; a larger group of students studying at madrasas, which had expanded rapidly since the 1980s; and young militants who had been empowered by years of support from Pakistan’s military intelligence services to fight against India in Kashmir.…  Seguir leyendo »