El ejemplo japonés
La resiliencia —es decir, la capacidad de los individuos o de los grupos para superar y reaccionar positivamente frente a circunstancias especialmente difíciles y adversas— parece aplicable de forma muy especial al pueblo japonés. A lo largo de su historia ha puesto a prueba esta capacidad en numerosas ocasiones. Los grandes terremotos de Ansei (1855), el de Kanto (1923) con más de 140.000 muertos y más recientemente el de Kobe (1995) que produjo 6.400 víctimas, demostraron de forma inequívoca que la ciudadanía japonesa sabe anteponer con toda naturalidad el interés colectivo al individual, manteniendo, además, la calma, la paciencia y las buenas formas con verdadera elegancia y aportando solidaridad, e incluso generosidad, en su grado máximo.… Seguir leyendo »