
El Sudoku Samurái
Aunque en principio me costó creerlo, yo sabía que eso iba a suceder. El presidente Rajoy se puso el pijama, se lavó los dientes, sacó brillo a sus gafas y como todas las noches se metió en la cama con EL MUNDO. Miró metódicamente la hora en el reloj: las once, justo a tiempo de emprender la tarea final del día. Abrió el periódico por su penúltima página, lo dobló, se dirigió a la zona inferior, soslayó con desdén el Sudoku Fácil y comenzó a escanear visualmente, bolígrafo en ristre, las 81 casillas del Sudoku Dificil.
Quién me iba a decir a finales de 2004, cuando mi amigo, el entonces director del Times, Robert Thomson me contó que un ex juez neozelandés afincado en Hong Kong había convertido un antiguo pasatiempo japonés en el último reclamo para captar lectores de periódicos, que ocho años después el sudoku iba a ejercer sobre el sexto inquilino de la Moncloa, en plena tormenta monetaria, en plena crisis financiera, el mismo efecto entre somnífero y placebo que para mí tiene la ingesta de uno o dos miligramos de melatonina y para otros más maniáticos la acumulación de almohadas en el lecho o el uso de antifaz y tapones para los oídos.… Seguir leyendo »