Aceptar las diferencias nos haría una especie más evolucionada
En México, como en tantos países socialmente —que no económicamente— subdesarrollados, la doble moral y el clasismo cada vez más fuerte han marcado nuestra conducta y nuestro devenir por siglos. Hemos discriminado desde nuestros orígenes como nación.
Somos una sociedad racista y no somos capaces de reconocerlo abiertamente. Somos una sociedad clasista y pocas veces lo reconocemos.
Socialmente, nos hemos instalado muy cómodos y a nuestra conveniencia, y nos excusamos y nos lavamos las manos cuando llegamos a tener cierto poder, o acumulamos enormes resentimientos contra quienes lo tienen y nos humillan. El fuerte o el rico discrimina y humilla al débil o al pobre.… Seguir leyendo »