Tiempo de razones y emociones
Hubo un tiempo, durante casi todo el siglo XIX, en que el único nacionalismo existente en España fue el débil nacionalismo español auspiciado por un Estado centralista que perdió progresivamente el respeto y el afecto de los ciudadanos, y que fracasó en sus objetivos fundamentales. La crisis del 98 impulsó la aparición de un tibio y ambiguo nacionalismo catalán que desvió el eje del debate político hacia los sentimientos y las emociones colectivas -tan subjetivas como manipulables- en detrimento de la nacionalidad política inspiradora de las alternativas descentralizadoras y federalistas, invariablemente rechazadas por un Estado español necesitado de reformas porque no funcionaba.… Seguir leyendo »