Sábado, 9 de febrero de 2013

Este es el título de la edición en inglés, aparecida en 1977, de una obra clásica del historiador norteamericano Herbert R. Southworth. Recuerda el grito implícito en el famoso cuadro de Picasso. La edición española está agotadísima. En Iberlibro únicamente he visto disponibles tres ejemplares. Nada en Amazon.es.

Southworth destruyó sistemáticamente el denso entramado de mentiras sobre uno de los mitos estructurales del franquismo. Su análisis constituye una lección de historia y de crítica histórica ejemplar. Ha vuelto a impresionarme en el momento de preparar una edición revisada y ampliada.

En esta labor he constatado de nuevo cómo los historiadores neofranquistas han hecho y hacen todo lo posible por ningunear y/o desprestigiar a Southworth.…  Seguir leyendo »

No comparto la sorpresa ni el escándalo de la mayor parte de la sociedad española ante los hechos que apuntan los papeles de “Bárcenas”. Desvíos de fondos, sobornos y sobre(sueldo)s opacos son cosas que doy por supuestas. En la cúpula del PP, en el Vaticano y en cualquier lugar donde entren y salgan dineros habrá siempre quienes si entienden que pueden pillar, algunos con poco riesgo acabarán haciéndolo. Caso por caso, se trata además de unas migajas, de hurtos menores. La puerta a la gran corrupción, la corrupción sistémica, una de las causas determinantes de la burbuja inmobiliaria, la abrió José María Aznar con la Ley del Suelo de 1998.…  Seguir leyendo »

En Alemania, ser doctor viste mucho. El uso social del término no se limita al médico de bata blanca, sino que está extendido a todas las especialidades académicas y todavía, quien tiene la flor, la luce. La abreviatura Dr. se encuentra con frecuencia en los letreros de los buzones privados, en las esquelas necrológicas, por supuesto en los encabezados de las cartas y no digamos en las tarjetas de visita. Asimismo es habitual, en las tertulias de televisión, las entrevistas, los reportajes y presentaciones de todo tipo, dar tratamiento de doctor a quien lo merece y aunque no ejerza.

Y para merecerlo hay, claro está, que culminar unos estudios universitarios, redactar una disertación o tesis de doctorado y exponerla con éxito ante un tribunal.…  Seguir leyendo »

Hace tres días, se disparó y mató a Chokri Belaid, abogado y presidente del Partido de los Patriotas Demócratas Unificados (PPDU). Era un hombre afable, muy generoso, que había luchado durante años en contra de la dictadura policíaca del exdictador Ben Ali. Cuando los integristas llegaron al poder, rechazó tajantemente la alianza que hicieron dos partidos, supuestamente modernos, para gobernar con ellos, pues los integristas de Ennahda no podían gobernar solos. Era, en opinión de Belaid, una trampa muy peligrosa, cuyo motivo era sobre todo la ambición desmedida de los dirigentes de estos partidos (Ettakatol y Congreso por la República), que vendieron su alma para volverse, uno, presidente de la República y, el otro, presidente de la Asamblea Nacional.…  Seguir leyendo »

EL vacío de poder que muestra el Estado venezolano por la sentencia del pasado 9 de enero de la Sala Constitucional del Tribunal Supremo de Justica, al acomodar la legitimidad del Gobierno declarando la tesis de la «Continuidad» y posponer indefinidamente el acto de juramentación del presidente Hugo Chávez, ha generado incertidumbre en los mercados internacionales y sus principales socios, entre ellos China y Rusia.

La situación económica de Venezuela presenta un déficit fiscal de entre un 15 y un 20 por ciento del producto interno bruto, equivalente a 70.000 millones de dólares, y un mercado de divisas en el cual el dólar tiene un valor cuatro veces mayor que el dólar que entrega el Gobierno a la tasa oficial.…  Seguir leyendo »

Nuestra literatura regeneracionista se escandalizaba hace un siglo por algo que, al parecer, estamos condenados a repetir, como si nuestra historia no consistiera en un trayecto hacia el porvenir, sino en un tedioso cautiverio que nos hace caminar en el círculo cerrado de la fatalidad histórica. Por mucho que pretendieran verlo así aquellos generosos y algo ingenuos españoles que se asomaban a nuestra decadencia, a nuestro atraso científico o a nuestra incapacidad para organizar una democracia moderna, lo que nos aquejaba no era una oscura deficiencia de carácter ni, desde luego, una parálisis para trabajar al unísono. Resultaba, por entonces, demasiado sencillo y demasiado doloroso considerar que los españoles no podíamos resolver nuestra radical diferencia respecto de los países civilizados y teníamos que asumir nuestro sino fratricida de habitantes del solar de Caín y Abel, de las guerras civiles y del antagonismo ideológico permanente.…  Seguir leyendo »

In everything but name, France’s Parliament system is in the throes of a filibuster.

Since Feb. 2, when the Socialist majority in the National Assembly voted to redefine marriage as an agreement between two people of the same or opposite sex, the conservative opposition has filed more than 5,000 amendments, none of which they expect to pass into law, in order to drag out the nation’s seemingly ineluctable march to legal recognition of gay marriage.

Many of the proposed amendments are meant to outrage: A member of the U.M.P., the neo-Gaullist party leading the resistance, demanded that incestuous and polygamous marriages also be legalized in the name of equal rights.…  Seguir leyendo »

The Syrian people are caught in a horrible downward spiral. The government’s slaughter seems only to intensify as President Bashar al-Assad pursues a ruthless strategy of draining the sea to get the fish — attacking civilians so they will flee and leave the armed opposition isolated.

Meanwhile, the sprawling collection of militias that constitute the armed opposition includes some that are themselves torturing and executing prisoners and promoting sectarian strife. While not on a par with the government-directed slaughter, their abuses encourage Syria’s minorities to stick with the murderous Assad rather than risk an uncertain future under rebel rule.

The Syrian National Coalition was created to provide a unified command structure that could replace Assad, rein in abusive rebel forces, promote minority rights and pursue a transition that left the state sufficiently intact to avoid a chaotic collapse.…  Seguir leyendo »

Primero fue el miedo. Hubo un día en que nos perdieron el miedo. Es difícil de precisar, pero ocurrió, aunque ahora nos quede muy lejos. Ya antes de la transición había aparecido el miedo. En abril de 1974, cuando la revolución de los claveles en Portugal, aquel insólito golpe militar democrático que derribaba una dictadura, generó un pánico extremo. El poder tenía miedo. Mantengo muy viva en mi memoria la imagen de un policía de la PIDE –los criminales de Estado– con las manos sobre la cabeza y los pantalones en los tobillos, rodeado de gentes que le escupían. No era para menos, en otra época y con gente menos respetuosa con la democracia que inauguraban, le hubieran hecho pedazos.…  Seguir leyendo »

¡Sin dimisión, revolución!”, coreaban los manifestantes contra la corrupción política en las calles del país. Fuerte palabra, evocadora de destrucción y violencia. Y, sin embargo, técnicamente hablando, una revolución política es el proceso de cambio estructural de las formas de gobierno por caminos no previstos institucionalmente. Frecuentemente con acciones pacíficas, aun con episodios de violencia aislada. Las revoluciones surgen de la combinación entre una situación insoportable y el bloqueo institucional a la expresión mayoritaria de la voluntad popular de cambio político. Esa parece ser la situación en España en este momento. De ahí surge el “que se vayan todos” o “el pueblo unido funciona sin partido”.…  Seguir leyendo »

At his confirmation hearing on Jan. 31, Chuck Hagel, President Obama’s nominee for defense secretary, stated unequivocally, “I will work with the service chiefs as we officially open combat positions to women, a decision I strongly support.”

The word “officially” was illuminating: a subtle acknowledgment, whether intended or not, that women have already been fighting, and dying, in combat roles.

As an Army veteran — I left in 1990, with an honorable discharge — I was struck by the close, if indirect, association between the role of women in the military and that of gays.

More than 20 years ago, when President-elect Bill Clinton first announced that he would lift the ban on gay men and lesbians serving in the armed forces, I wrote an essay for the Op-Ed page of this newspaper, urging that women be permitted to serve in ground-force combat duty in the Army and the Marines, with “tough but fair physical and mental standards” that men and women alike would have to reach.…  Seguir leyendo »